Una resonancia magnética utiliza un imán grande, ondas de radio y una computadora para crear una imagen transversal detallada de los órganos y estructuras internas del paciente.
El escáner en sí se asemeja típicamente a un tubo grande con una mesa en el medio, lo que permite que el paciente se deslice hacia el túnel.
Una resonancia magnética difiere de las tomografías computarizadas y los rayos X porque no usa radiación ionizante que puede ser potencialmente dañina para un paciente.
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